lunes, 13 de agosto de 2012

120 Historias del Cine (Alexander Kluge)

Uno tiene el confort de saber que siempre habrá uno más, alguien nuevo que por su no conocimiento ignoraba, hasta la fecha del descubrimiento, su existencia. Siempre hay esa previa desazón que hace creer que no se volverá a encontrar un autor que se comunique contigo con una mirada que se acerque a la tuya. Mi última alegría ha sido Alexander Kluge. Un cineasta (por qué no decirlo) complejo, pero que encierra en sus imágenes, y en la unión de ellas, tal cantidad de ideas y matices que hacen imposible el pretender abarcar todas las posibilidades que ofrecen.

Cineasta alemán, o cronista alemán mejor dicho. Kluge analiza mediante su viaje cinematográfico, toda su filmografía, las cuestiones que surgen en su sociedad en el transcurso de los hechos a través de la propia historia de su país. Un retrato de la Alemania post-nazi destinado a afectar el juicio y criterio de su sociedad. Creador brechtiano que busca, inventa y reinventa en la forma y en la construcción de historias el camino para llegar a la conciencia de sus coetáneos.

Kluge, un cineasta científico que no olvida la emoción

La faceta fílmica de Kluge es un complemento en su trayectoria artística. Kluge considerado como uno de los mayores escritores alemanes de su tiempo encuentra en las letras su forma más sincera para expresarse. El cine es una herramienta, otra forma para explorar. Por eso, el libro que cito en este post, 120 HISTORIAS DEL CINE es una mirada menos analítica, más poliédrica y romántica, sobre una idea nuclear del elemento fílmico. Pequeños relatos y reflexiones de los cuales se sirve Kluge para cultivar nuestras miradas sobre aquello que llamamos cine.

Aquí un breve relato que me cautivó:


EL SOL EN EL DEPÓSITO DESCUIDADO DE UN IMPORTANTE ESTUDIO DE FILMACIÓN A LAS DOS Y MEDIA DE LA TARDE

En un depósito de los estudios ccc de Berlín-Spandau donde se guardaban vestuarios y decorados, caía sobre la gran pared beige opuesta a las ventanas el reflejo del movimiento de los arbustos y árboles que rodeaban el edificio. El sol iluminó el movimiento tembloroso de esos seres vivos, y lo condujo a lo largo de la pared durante toda la tarde, hasta que se puso a las seis de la tarde. Ningún instante fue igual al otro. Los dibujos lumínicos, de vida breve e imposibles de reconstruir incluso un instante después, eran reemplazados por otras figuras. Si se filma ese movimiento a una velocidad de proyección de una imagen por segundo, se fijará la luz solar de modo indirecto y en una "vívida sucesión de acontecimientos".
Mientras en el estudio montaban la escena y rodaban un drama con poco despliegue de decorados y reflectores fijos, ahí, en el depósito, cobraba existencia el desafío, el motivo cinematográfico.

120 historias para ver mejor

120 HISTORIAS DEL CINE son tantas formas como el cine de Kluge, tantas posibilidades como sus 120 partes que desmontan una idea para apreciar y entender cada una de las piezas, las piezas que dan sentido al origen, al proceso, a la mirada y al resultado.


120 Historias del Cine (Kluge, Alexander) Ed. Caja Negra Editora 2010

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