sábado, 6 de octubre de 2012

Crónica del Festival de Sitges: Día 02

DÍA FLOJO EN SITGES. LA MÁSCARAS DE CARAX PUEDEN CON HOLY MOTORS, A COMPLIANCE LE FALTA PULSO EN LA DIRECCIÓN, Y COSCARELLI ENTRETIENE CON LA MEDIOCRE JOHN DIES AT THE END.

Holy Motors (Leos Carax) 2012

Un momento casi brillante. El casi es porque
el brillante lo asume de antemano Carax.

Antes de empezar mencionar que no soy un gran amante del cine de Carax, que ninguna de sus películas me ha satisfecho plenamente, y que ello puede condicionar mi juicio hacia Holy Motors, a la cual, todo hay que decirlo, la esperaba con ganas y con la ilusión de ver buen cine.

Holy Motors peca de tomarse así misma demasiado enserio. Esa cualidad que a veces tienen los franceses (no solo ellos) de darle una valor profundo, absoluto, sentido a todas las decisiones, incluso aquellas que pretenden aparentar ser todo lo contrario. Ese es el único gran lastre que hace que Holy Motors se quede en interesante y no en una joya. Una película con espíritu gamberro, libre (aunque encerrada en los intelectualismos de siempre) y algunas ideas que apuntan alto. Pero Carax tiene que demostrar que el público entiende que su película es algo más, que las formas y los juegos son por algo, y necesita explicarlos, evidenciarlos, destruyendo cualquier interpretación intuitiva -intuición que deduce el sentido antes de las sobreexplicaciones de Carax-. Lo que podría ser ingenioso se torna arrogante y el poema, encabezado por un (demasiado) teatral Denis Lavant, se cree a si mismo poesía. Cine que es cine que habla del cine porque es el máximo lenguaje para entender el cine. Los juegos pueden a la emoción, y la pretensión, por no decir pedantería, pueden con el juego. Hay que decir que la secuencia inicial, lo mejor de la película, es una bella forma de explicar el cine, y el fragmento, aunque algo excesivo como sucede con todo, del cementerio con Eva Mendes es también fantástico. No es una mala película, ni mucho menos, pero no alcanza a llegar hacia donde se propone.

Compliance (Craig Zobel) 2012

Si esta historia es real solo podría ocurrir en EE.UU.

Si bien el punto de partida y el planteamiento es interesante, las mecánicas del guión y el pulso en la dirección ya son otra cosa muy distinta. Quizá un estadounidense empatice con los personajes y con el drama, pero para mí siento que son demasiado estúpidos (muy estúpidos) para que todos los acontecimientos se desarrollen. El director juega la carta de "basado en hechos reales" y asume que con eso la credulidad sea máxima. Incluso pensando una y otra vez que todo lo que sucede ocurrió de verdad no puedo evitarlo, sigo pensando en la estupidez de todos los personajes. Una llamada de teléfono de un policía desestabiliza la rutina de un restaurante fast food. Acusa a una trabajadora de robar a una cliente y pide a la supervisora que la cachee, que la desnude y que siga buscando donde habrá guardado el dinero hasta llegar a consecuencias inimaginables, todo ello por teléfono y sin que nadie cuestione nada o exija más explicaciones. Un drama que dibuja el nuevo Estado Unidos, o el nuevo mundo, el de la falta de compañerismo, el de la traición y el de todos nos vigilamos y nos delatamos, hacer de la misma clase social una clase en lucha, desconfiada y recelosa. El fondo me parece bien, pero con un buen guión y una dirección más agarrada y menos moralista ayudaría a que pensáramos y vibráramos un poco más.

John Dies At The End (Don Coscarelli) 2012

La imagen más iconográfica del film totalmente desaprovechada.

Don Coscarelli, director de culto de la serie B de terror norteamericana, vuelve a la carga tras Bubba Ho-Tep y lo hace con la melena bien suelta. John Dies At The End es una locura, aunque podría ser más loca, con el único propósito de hacer pasar un buen rato. La película, realmente mal montada, empieza en lo más alto, divertida, ingeniosa, parece que tenemos la versión del mejor Coscarelli desde sus inicios. Pasada la media hora y cuando se desarrolla lo que será la verdadera trama el film se desinfla considerablemente para pasar de la B a la Z en un abrir y cerrar de ojos. No diré que no lo he disfrutado, pero más por voluntad que por contenido. Un film que no ha estrujado sus posibilidades, y a Coscarelli le basta con la versión más fácil de cada idea para construir la película. A ratos un chiste te devuelve el interés, a ratos una subtrama te manda de nuevo a tus pensamientos. Cine para amantes de la caspa, de lo estúpido y de lo artesano, ese cine maravilloso para los adolescente eternos (a tiempo parcial) que nos encanta echarnos unas risas con el cine que nos hizo querer más el género y sus versiones más bajas. Se agradece la creatividad de Coscarelli, pero esperemos que en próximas ocasiones intente pulir algo más su producto.

Mañana volvemos con la nueva producción japonesa de animación de los estudios I.G., una "copia" china de Drive y el documental dedicado a la figura de Jerry Lewis. Cómo saben en Sitges que el fin de semana se llena sí o sí y no hace falta proyectar nada de interés general para satisfacer un público que pagará la entrada sin ver de que va la película. Esperemos que la baja expectativa de mañana sea motivo de sorpresas.

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